jueves, 28 de julio de 2016

Técnica teatral - Parte III - ¿Cuál me conviene aprender?

Puede que nunca hayas estudiado o trabajado con una técnica teatral, o que ya manejes alguna pero quieras continuar tu formación. En cualquier caso te estarás planteando qué metodología interpretativa deberías empezar a estudiar. En mis posts anteriores comenté brevemente las dificultades a las que se enfrenta un intérprete y enumeré y describí someramente mis técnicas favoritas. En este voy a darte algunos consejos para ayudarte a decidir.



Resumen: To make a long story short


Estoy escribiendo este párrafo después de haber escrito todo el post. Al escribirlo y pensar en él me he reafirmado en una teoría que te voy a exponer con mucha brevedad. Si el tema te interesa y quieres verla más o menos justificada, lee mis post anteriores y este que viene aquí a continuación. Si te fías de mí y/o buscabas una respuesta rápida, quédate con este algoritmo (los cuatro primeros pasos son imprescindibles y secuenciales, el resto opcionales y complementarios):
1 Decide si eres (ahora mismo) una persona más cerebral o emocional
2 Empieza por Chéjov si eres cerebral. Te dará lo que necesitas: instinto, imaginación, emoción y descontrol
3 Empieza por Layton si eres emocional. Te dará: control, organicidad y análisis de la escena y el personaje
4 Continúa por la que te falta (Chéjov o Layton)
5 Si te interesa la interpretación realista/naturalista (si quieres hacer cine o TV, imprescindible) pásate a  Meisner
6 Si te interesa el teatro más textual y realista, profundiza en Layton
7 Si te gusta el teatro textual más esperpéntico, grotesco e imaginativo, profundiza en Chéjov
8 Si te interesa el teatro físico o mejorar en tu control corporal, Lecoq o Grotowsky
9 Trabaja, o, al menos, lee a Bretch. Sus ideas no gustan a todo el mundo pero reflexionar sobre el distanciamiento, la épica y el sentido político del teatro te ayudará en cualquier caso
10 Durante todo el proceso de aprendizaje (dura 145 años, más o menos), elijas la técnica que elijas, escucha y observa a todas las personas, aprende a entender a todo el mundo, vive, busca emociones, ama, aprende a cantar, a bailar, acepta las miserias del ser humano (las tuyas, particularmente) y, sobre todo, conócete y ámate.

Un par de cuestiones antes de empezar


La primera: cada técnica interpretativa te aportará algo o te ayudará a mejorar en ciertos aspectos. Pero también es cierto que cada una deja fuera o se centra menos en otros aspectos. Desde mi punto de vista, es más conveniente trabajar bastante en dos o más técnicas que sean complementarias en lugar de dedicar toda una vida a una única. Digamos que no es conveniente poner todos los huevos teatrales en la misma cesta ;-)

Hay que tener en cuenta la curva de aprendizaje: al principio de cualquier estudio se avanza muy rápido, pero a medida que se progresa cada vez cuesta más seguir mejorando. Piensa en el estudio de un idioma: los primeros años se aprende proporcionalmente mucho, los conocimientos básicos (y más útiles e importantes) se adquieren relativamente rápido, mientras que pasados unos años cada vez se invierte más tiempo para lograr avances menos significativos (aumentar vocabulario, por ejemplo). Con una técnica teatral pasa lo mismo: las primeras horas que le dediques, en las que empieces a captar su filosofía, serán las más interesantes y significativas. No quiero con esto abogar por adquirir un conocimiento superficial, lo que digo es que lo más rentable, en términos actorales, es, en mi opinión, empezar a estudiar una técnica hasta lograr dominar sus bases, pasar a otra (que nos aportará una visión distinta desde el primer momento) para después continuar profundizando en la segunda, o empezar una tercera. Es decir, empezar por buscar conocimientos básicos de cada metodología e ir avanzando después hasta lograr sacar todo el jugo a cada una de ellas.

La segunda cuestión: ¿minimizar mis debilidades o maximizar mis fortalezas? No sé dónde leí u oí esta anécdota/reflexión, pero me parece muy interesante y creo que explica mejor que yo lo que querría decir sobre esto: “Un padre acude a hablar con la profesora de su hija. Ha visto sus notas y ve que ha aprobado por los pelos matemáticas y física, mientras que ha sacado sobresaliente en dibujo. Le explica el motivo por el que ha acudido a verle: quiere que le recomiende un profesor particular de apoyo para las asignaturas en las que su hija flojea. La profesora mira al padre y le dice: ‘¿Qué sentido tiene invertir el tiempo de tu hija y tu dinero en intentar que mejore un poco en materias para las que no está dotada y que probablemente no disfrutará? Deberías buscarle un profesor particular de dibujo que la lleve a ser excelente en aquello para lo que tiene talento y lo que ama.’” Pues eso. No necesitas ser buena en todo, ni pasa nada por tener alguna carencia o defecto. Lo importante es que desarrolles y sepas explotar tus talentos y fortalezas.

Podría parecer que estos dos consejos son contradictorios, pero creo que no es así, porque son para fases distintas: el estudiar técnicas distintas te proporcionará conocimientos y habilidades variados y compensadas, asegurando un mínimo en todos los aspectos. Después de eso, y una vez que te conozcas como actriz (y persona) podrás identificar y potenciar los aspectos en los que seas excelente (y que más te hagan disfrutar).

Al tajo: ¿qué técnica o técnicas debo estudiar?


No te conozco como te mereces, y para darte consejo sobre esta materia debería. Así que voy a enumerar unos cuantos casos con los que habitualmente me encuentro, para que tú mismo busques los que (pueden ser varios) mejor te representen y veas qué recomendaciones te pueden venir mejor. Si ninguno de ellos lo hace o tienes dudas, pregúntame en un comentario a este post e intentaré orientarte lo mejor que pueda.

Te voy a hacer una pregunta, y luego te haré un par de comentarios:

¿Eres una persona más “cerebral” o más “emocional”? Ya sé que es una simplificación burda, y que tienes parte de las dos cosas. Pero en mi experiencia las personas solemos tener más de una que de la otra (en cada momento de nuestra vida, es algo que fluctúa) y me parece importante de cara a la elección de una técnica u otra. Por si no te ves claramente en un perfil u otro, te doy algunas pistas, a ver si te reconoces de alguna manera en alguna de ellas: Las personas más bien cerebrales piensan mucho, evalúan, analizan su entorno y a sí mismas. Suelen ser moderadas en la expresión de sus emociones (y hasta tener dificultades para mostrarlas) y una actitud física que tiende al hieratismo y a un gran control del cuerpo y la cara. Las personas más emocionales se mueven en mayor medida por instinto, suelen ser más expansivas respecto a sus emociones (¿has llorado viendo una película en el último mes? ;-) y tienen normalmente una relación más natural y menos controlada con su cuerpo. Que sí, que ya sé que tienes parte de una y de otra, pero intenta ver si tienes tendencia a alguna. Si de verdad eres fifty-fifty, escoge por otro criterio.

COMENTARIO 1
Que hayas hecho teatro como amateur, en el colegio, o que hayas trabajado en teatro pero sin una técnica concreta son, a efectos de esta conversación, el mismo caso: en cuanto a técnica teatral, empiezas de cero. Por favor, no te ofendas, no estoy despreciando la experiencia que tengas en teatro sin técnicas (las “tablas”). Son un recurso muy valioso que te aportarán ventajas importantes en tu formación actoral y que te habrán curtido, sin duda, y ayudado a conocerte. Y puedes trabajar como actriz toda tu vida sin necesidad de nada más, seguramente, si tu talento es lo bastante grande. Pero de cara a estudiar una técnica (que no te hará daño ;-), y hablando desde mi experiencia como alumno y luego como profesor, los conocimientos adquiridos anteriormente sobre teatro te ayudarán poco a que progreses en el estudio de un método interpretativo (y, de hecho, hasta pueden frenarte al principio, obligándote a “desaprender” y quitarte vicios y manías). Si, por otro lado, ya has trabajado alguna técnica teatral, busca un recorrido que empiece por ella o por la que más se parezca. Y, en cualquier caso: humildad. Todos estamos siempre aprendiendo, y la interpretación es uno de los caminos más largos que podemos recorrer.

COMENTARIO 2
¿Qué interpretación te interesa o gusta más? Voy a hacer otra simplificación dolorosamente burda y radical, pero imprescindible para que podamos entendernos en un espacio tan pequeño de texto: interpretación realista/naturalista (cine, teatro realista) o interpretación física y/o no realista. Ya sé que es una barbaridad dejarlo en dos opciones, pero este tema es inabarcable si no lo reducimos, y cinco opciones tampoco representarían fielmente la realidad. Así que, from lost, to the river. Lo dejamos en esas dos

Caso 1 - Eres (ahora mismo) una persona más bien “cerebral” y es tu primer contacto con una técnica teatral


Por resumir: Usas el cerebro más que el corazón. Quizás tengas, además, una tendencia a controlarte mucho (demasiado) y cierta dificultad para mostrar tus emociones. Mi recomendación es que empieces por Chéjov. Sé que te costará, que fiarte de tu imaginación y tu instinto y dejar fluir tus emociones y utilizar tu cuerpo como herramienta expresiva no son cosas que te resulten fáciles: por eso es necesario que empieces por aquí. La mayor parte de las personas que he conocido y que, en el momento de estudiar teatro eran más cerebrales (fue mi propio caso) prefieren (preferimos) la interpretación más realista, el análisis más objetivo y la técnica más “cuadriculada” de Stanislavsky (y mis derivadas favoritas: Layton y Meisner). Por desgracia, ninguna técnica teatral funcionará sin que seas capaz de conectar con tus emociones y de dejarlas fluir. De soltar y descontrolarte. En definitiva, sin que aprendas a dejar de pensar. “Actor” viene de “Actuar”, que tiene mucho más que ver con “Hacer” que con “Pensar”. Chéjov te ayudará a soltarte, a conectar con tu instinto y tu cuerpo (las dos cosas van siempre juntas) y a dejarte “tocar” por las emociones. Después será el momento de buscar una organicidad y una naturalidad mayores en otras técnicas. Después de una buena base en Chéjov, Layton será como “volver a casa” para ti, podrás utilizar tu inteligencia y tu capacidad de análisis para conducir tu instinto y tus emociones y todo funcionará. Si luego te interesa la interpretación supernaturalista o realista (por ejemplo para hacer cine o TV), Meisner será tu mejor amigo (pero pasa primero por Layton).

Caso 2 -  Eres (ahora mismo) una persona más bien “emocional” y es tu primer contacto con una técnica teatral


A ver si acierto: te guías por tu instinto, por impulsos. No es que no puedas pensar y analizar, es que no te hace mucha falta. Probablemente eres capaz de mostrar tus emociones en privado y en público, y hacerlo puede suponerte una liberación más que una carga. Eres sensible y permeable a los sentimientos y capaz, por ejemplo, de emocionarte viendo una obra de teatro o película. Si este es tu caso, te recomiendo empezar por Layton. Este método te dará organicidad y sentido de la verdad, y encauzará la exteriorización de tus emociones haciéndote consciente de cómo son percibidas por los demás. También será una herramienta valiosa para mejorar tu capacidad de análisis, tu comprensión intelectual de las motivaciones de las conductas humanas, empezando, naturalmente, por la tuya. Cuando domines los rudimentos de esa técnica, y hayas alcanzado los objetivos básicos que persigue (organicidad, escucha, concentración, cuarta pared, análisis orgánico de las escenas y los personajes) podrás pasar a Chéjov. Disfrutarás mucho de esta técnica, pensada para ti y que te ayudará a dar forma a los personajes y a los sentimientos con, citando términos técnicos del método, “sentido de belleza” y “sentido de facilidad”.

Caso 3 -  Ya controlas las técnicas de Layton, Chéjov y/o otras equivalentes y quieres trabajar el realismo absoluto (por ejemplo para interpretar en cine o TV)


Tu amigo aquí es Meisner, y su técnica lo que necesitas. Podría haber sido incluso tu primera opción y haber empezado por aquí pero, en mi opinión, es un atajo que haría que disfrutaras y aprovecharas mucho menos el paisaje. Meisner te convertirá en un intérprete natural y orgánico a más no poder, pero hará, desde mi punto de vista, poco por tu creatividad y, salvo que ya fueras naturalmente muy talentoso (particularmente en la permeabilidad a las emociones y en su control) te convertirías en un actor muy lineal, plano y anodino, capaz de ejecutar cualquier escena con solvencia, en los dos sentidos del término, ya que la “harías” correctamente, pero la “matarías” artísticamente ;-)

Caso 4 - Te interesa particularmente el teatro físico, gestual o de investigación


En este caso particular te interesarán las técnicas basadas en el cuerpo como herramienta expresiva. La “namber guan” mundial es Lecoq, ya que está ampliamente considerada como la mejor y más completa, aunque te recomiendo que hagas, al menos, algún seminario o curso corto sobre Grotowski, que me parece interesantísimo y, sobre todo, en mi opinión consigue resultados más rápidos para un actor que no esté buscando tanto especializarse en estas cuestiones como potenciar su control y conciencia corporales.

Para todos los casos: aprende de todo


Da igual el punto en el que creas estar en cuanto a tus conocimientos sobre la interpretación, nunca sabrás lo suficiente sobre temas tan sencillos como el alma humana, psicología, sociología, la conducta y las motivaciones de las personas… Son fundamentales para un artista. La interpretación, el teatro, el arte en general, son la expresión de una visión propia del mundo que debes tener si quieres tener algo que contar. Por cierto, una ciencia que pocos actores estudian y que a mí me resulta tremendamente interesante y aplicable al teatro es la antropología y el estudio de nuestros “primos” los primates superiores, a los que nos parecemos, si lo estudias un poco, mucho más de lo que los creacionistas estadounidenses querrían confesar…

Vive, amiguete. Ten una vida plena de emociones, sé curiosa y observa a todo el mundo en todas las situaciones. Profundiza en esto. No te quedes en la superficie, ni caigas en el vicio de juzgar las conductas de los demás, sólo intenta entender, en todo momento, los motivos, las razones de las personas para actuar como actúan y decir lo que dicen y pensar como piensan (con especial atención a, mi tema favorito, las incoherencias que todos comentemos entre estas tres cosas).

Por otro lado, el teatro es un arte total: baila, canta, aprende esgrima, claqué, cualquier disciplina artística (y no artística) te aportará cosas que podrás llevar a la escena, o te ayudarán a entender tu herramienta (tu cuerpo, tu voz, tu “celebro”, tu alma… tú) y te harán mejor actor.

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