sábado, 31 de agosto de 2019

Protagonista o antagonista: una elección (o no)


Toda escena teatral debería contener un conflicto. Si no, aunque cumpla una función estética o estructural dentro de la construcción dramática, tendrá poco interés y disipará el interés del público.

En el trabajo con la técnica Layton, y con el objetivo de preparar a las actrices para la vivencia de conflictos en escena, se simplifica la estructura básica de una escena a la siguiente estructura: hay un protagonista (que quiere cambiar el status quo, la situación de partida) y un antagonista (que se opone a ese cambio). A veces, además, uno o los dos personajes tienen también conflictos internos, que les hacen, al menos en cierta medida, tener razones para oponerse a la que es su postura inicial.

Duelo a garrotazos (Goya)
Duelo a garrotazos (Goya)

lunes, 19 de agosto de 2019

El proceso de aprendizaje (actoral)

Aprender es un proceso eterno. Esto es cierto para un artista, para un técnico y para cualquier ser vivo. Es una vivencia continua pero irregular: la famosa curva de aprendizaje nos dice que los primeros avances en cualquier materia son rápidos, mientras que, una vez que hemos alcanzado cierto nivel, empieza a costar más y más seguir mejorando.

Esa curva, sin embargo, tal y como se representa normalmente, no es un reflejo fiel de cómo suelen producirse los avances, que en realidad son más una interminable sucesión de “empujones” más o menos potentes en lugar de un crecimiento suave y constante.